martes, 9 de agosto de 2011

1 comprimido de confianza

Charlie, relájate. Charlie, céntrate. Esperar una llamada genera una ansiedad que te ahoga y te impide respirar. Y mucho más si esa llamada es de "el hombre". No ha llamado. No me extraño, todavía no ha pasado ni un día desde la última vez que hablamos. Pero intentas imaginar que pasa por su cabeza y te aterras. A lo mejor piensa que no valgo la pena, que viva la soltería y que no me llamará hasta que no quede otra hembra en el planeta tierra. Y aquí es donde juega un importante papel la confianza. Bendita confianza. Hay dos tipos de confianza. Primero está la confianza que tienes en tí misma. Muy importante. Soy guapa, inteligente y graciosa. ¿Por qué no me va a llamar? Pero luego está la confianza en la otra persona. No menos importante. Confiar en que él está igualmente ansioso por esa llamada que no se atreve a hacer, confiar en que el también tiene esa ansiedad que lo ahoga. Confiar en otras personas es muy difícil y mucho más confiar en el sexo opuesto. La culpa no es nuestra chicas. La culpa es de los palos que nos hemos llevado. Palos que han ido menguando esa confianza hasta hacerla desaparecer por completo. Acabamos con una confianza que es como el calmante de esa ansiedad tan incómoda. Pero es necesario recuperar ese calmante. Es necesario y es posible. Los hombres son seres diferentes y complicados. Es como otra especie que se subdivide a su vez en miles de millones de hombres diferentes. ¿Cómo sabes en cuál de ellos debes depositar tu frágil confianza? Podría decir que utilizaseís la intuición femenina que existe, o eso dice Shakira. "Las mujeres somos las de la intuición". Pero cada cabeza es un mundo. Así que yo dejaría de lado esa intuición y depositaría mi confianza. No sólo por darle una oportunidad al sexo opuesto, sino por darme la oportunidad de vivir relajada. Probablemente apaleen, pisoteen y luego quemen nuestra confianza. Sé que no os estoy ayudando. Os estoy diciendo que os prepareis para que os hagan daño sin hacer nada al respeto. Pero de todo es posible recuperarse y no olvidemos el importante papel de esos clavos grandes y engrasados que circulan por ahí. Esto no es un blog de consejos femeninos infalibles. No lo es porque esos consejos no existen. Solo queda esperar y recibir el resultado. Pero al menos no estamos solas esperando a escuchar la respuesta del jurado. Nos tenemos a nosotras.  A las de la intuición. Suerte chicas confiadas.

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